'Fringe': el reencuentro con lo conocido

A esta alturas supongo que todo el mundo sabe que la semana pasada volvió a nuestras vidas 'Fringe'. Ya le dediqué hace unos días una entrada a la Premiere, un primer capítulo donde nos volvimos a encontrar a esos queridos personajes... aunque en realidad la mayoría no eran ellos.

Ha sido en este segundo capítulo cuando hemos vuelto a lo conocido, a lo nuestro, y a lo que más nos hace vibrar. Y como viene siendo ya una costumbre, dejándonos momentazos realmentes dignos de mencionar. Así que ya estoy perdiendo el tiempo.

La verdad es que antes de ver el capítulo no tenía pensado escribir esta semana sobre 'Fringe'. Creía que no habría novedades realmente importantes sobre las que profundizar, pero parece que se está convirtiendo en una constante la imprevisibilidad de esta serie, y eso me encanta.

No me quiero extender mucho, simplemente hacer unas ligeras reseñas sobre un par de asuntos que me han encantado de esta segunda ración titulada 'The Box', título que por cierto, me ha recordado a aquella famosa conferencia que dio Abrams, donde reconoció que su afición al misterio le viene desde muy pequeño, cuando le regalaron una caja que aún a día de hoy mantiene cerrada. No se sabe si aquello fue una metáfora que empleó para definir 'Lost', pero el caso es que el diálogo de Newton con el curioso señor de la estación de metro me ha recordado a ello.

Decía antes que aunque 'Fringe' volvió la semana pasada, no nos brindó el esperado reecuentro con todos nuestros personajes, los de toda la vida. Probablemente sea porque aún no hemos tenido muchas oportunidades de adentrarnos en el Universo B, pero sigo prefiriendo por mucho un capítulo centrado en el conocido, en el azul.

En mi opinión, hay varios momentos memorables en este capítulo, todos ellos con un punto en común: Walter Bishop, o en su defecto, John Noble. Entre tanto cambio, intercambios y rarezas, hay algo que no cambia de una temporada a otra, y es que el señor Noble y su personaje sigue siendo de lo mejor de la serie. El momento de la lectura del testamento de William Bell (¿está realmente muerto entonces?) es majestuoso. Sin muchos alardes ni fuegos artificiales, hace que ese corto instante nos apiademos de Walter. Sus gestos y expresiones nos hacen llegar su malestar consigo mismo, consigue que le entendamos y sigamos viéndole como una persona con buen corazón, a pesar de su turbio pasado, conclusión que también podemos sonsacar de la maravillosa y emocionante conversación con el reticente Peter.

Pero sin duda, si me alegro de algo en especial en este episodio es por la herencia que le deja Belly a su sufridor amigo: nada más y nada menos que Massive Dynamics. Justamente decía hace unos días, cuando comentaba 'Olivia', que unos de mis mayores deseos para esta temporada es que se profundizase en esa famosa corporación que parece estar metida hasta el cuello en todo. Este filón no fue especialmente aprovechado en  las dos primeras temporadas, pero al fin parece que ha llegado la hora de poner las cartas encima de la mesa, con Walter al frente, y presiento que este asunto puede dar muchísimo juego.

Así pues, estoy realmente encantado con el rumbo que está tomando la serie. Este 3x02 me ha gustado incluso más que su antecesor, probablemente por lo que he apuntado antes: por ahora sigo prefiriendo el opening azul al rojo. John Noble sigue demostrando que es un grande entre grandes. Anna Torv también se sigue doctorando con su difícil y meritorio trabajo, y la audiencia disminuye al mismo tiempo que mi miedo aumenta considerablemente. Y como curiosidad, se estrena en la serie un antiguo guionista de 'Lost': Graham Roland. Por cierto, se me ha olvidado mencionar a la nueva ayudante de Walter: Asprin. Bienvenida seas.